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FALTA DE INTEGRIDAD POLÍTICA EN LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE, ESPECIALMENTE EN TORNO A LAS ELECCIONES

El sentimiento anticorrupción en Latinoamérica y el Caribe ha crecido durante los últimos años, a medida que la gente experimentaba las diversas formas en que la corrupción socava la integridad y la responsabilidad en la política.

El Barómetro de Corrupción Global: Latinoamérica y el Caribe revela una importante falta de integridad en las figuras e instituciones políticas, así como en torno a los procesos electorales, lo que debilita los cimientos de las democracias y redunda en desconfianza en los líderes políticos.

De hecho, los resultados muestran que la mayoría de la gente en Latinoamérica y el Caribe piensa que el cargo de Presidente y Primer Ministro, así como los de diputado y senador, están entre los grupos e instituciones más corruptas en un 53 y 52% de los encuestados, respectivamente.

FAVORES Y REGALOS A CAMBIO DE FOTOS

Una de las raíces de la corrupción política es el abuso de elecciones, incluyendo la financiación ilegal de partidos políticos, la compra de votos o la difusión de noticias falsas durante las campañas.

Nuestros resultados muestran que, en los últimos cinco años, se ofrecieron sobornos para conseguir votos en elecciones nacionales, regionales o locales a uno de cada cuatro ciudadanos de la región.

En muchos países, se amenaza a los ciudadanos con represalias si no votan de una determinada manera.

México lidera el ranking de esta triste estadística: allí se intenta sobornar electoralmente a una de cada dos personas, mientras que uno de cada cuatro ciudadanos recibe amenazas en caso de no hacerlo.

En República Dominicana, el 46% de los ciudadanos experimenta la compra de votos, mientras que en Brasil y Colombia esta cantidad se reduce al 40%. En contraste, Trinidad y Tobago, Guyana y Jamaica tienen las tasas más bajas.

En Venezuela, más de uno de cada cinco ciudadanos es amenazado con represalias si no votan de una manera en particular.

NOTICIAS FALSAS Y DESCONFIANZA EN LOS MEDIOS

En la actualidad, los periodistas de todo el mundo se enfrentan a una creciente ola de desconfianza por cómo informan de las noticias y Latinoamérica y el Caribe no son una excepción.

Según nuestros resultados, un 56% de la gente cree que las noticias falsas se suelen difundir en época de elecciones. Por contra, un 30% cree que no son habituales y que suceden solo de vez en cuando.

En Brasil, este problema parece estar especialmente extendido, ya que tres de cada cuatro personas consideran que las noticias falsas son comunes o bastante comunes.

En las elecciones nacionales de 2018, se denunció que los militantes solían recurrir a las noticias falsas, también conocidas como "fake news" por su denominación en inglés, a fin de conseguir que el Presidente Jair Bolsonaro desacreditara a sus contrincantes políticos. Se diseminaron cientos de mensajes con consignas engañosas y discriminatorias a lo largo y ancho de grupos de las redes sociales creados específicamente para estos fines. En un país en el que casi la mitad de los votantes recibe su información por Whatsapp, esta herramienta puede resultar terriblemente potente.

INTERESES PRIVADOS Y PÚBLICOS

Si bien las campañas y las elecciones limpias son algo esencial, una vez que los políticos consiguen el cargo, también es necesario que actúen con integridad. Con demasiada frecuencia, los presidentes, primeros ministros, diputados, senadores y otros líderes políticos actúan en base a sus propios intereses a costa de los ciudadanos a los que deben servir.

Los resultados muestran que el 65% de los latinoamericanos y caribeños cree que su gobierno está controlado por y sirve a unos pocos intereses privados, en especial en Bahamas y Brasil (79 y 75%, respectivamente).

El 54% también cree que los políticos toman decisiones o votan de modo que se favorezca a empresas o personas que los apoyan o les hacen donaciones.

RECOMENDACIONES

  • Promover una mayor integridad política, especialmente en torno a las elecciones.  Los gobiernos deberían garantizar un entorno transparente para las elecciones, implementar sanciones contra quienes compren votos y mantener y reformar la normativa de financiación de campañas. Además, los gobiernos y las empresas deberían luchar contra las noticias falsas reduciendo los incentivos económicos que las producen y apoyando al periodismo basado en hechos.
  • Mejorar la transparencia de las finanzas políticas.  Los gobiernos deberían crear leyes, asegurar que se revelan las fuentes de los ingresos, gastos, bienes y préstamos de los partidos políticos o candidatos de forma continua, así como asegurar que toda la información publicada figure en un único portal online y en formato de datos abiertos.